Un Leon de Oro en Cannes y un Grand Prix en el Effie, coronan la campaña 2.0 de Burger King
Hace unos meses, en el Barcamp escuché la ponencia de un blogger anunciando la muerte de la publicidad. Salvando las distancias, Al Ries también lo dice en su libro "La Caída de la Publicidad y el Auge de la Relaciones Públicas", pero quien tome esta afirmación como absoluta y se haga la idea de que la publicidad tiene las horas contadas, comete el mismo error que cuando se supone que el periodismo desaparecerá sólo porque cada vez los medios de papel se hacen digitales o porque la ciudadanía tiene a través de la tecnología la posibilidad de "reportear".
Hace unos meses, en el Barcamp escuché la ponencia de un blogger anunciando la muerte de la publicidad. Salvando las distancias, Al Ries también lo dice en su libro "La Caída de la Publicidad y el Auge de la Relaciones Públicas", pero quien tome esta afirmación como absoluta y se haga la idea de que la publicidad tiene las horas contadas, comete el mismo error que cuando se supone que el periodismo desaparecerá sólo porque cada vez los medios de papel se hacen digitales o porque la ciudadanía tiene a través de la tecnología la posibilidad de "reportear".
Lo cierto es que hay una innegable transformación de los medios, de las técnicas y canales de promoción hacia el cliente. Y para que la publicidad no se quede, debe adaptarse a estos cambios y saber aprovecharlos. Debe reconocer también que ya no es la reina de las posibilidades en la promoción de una campaña de comunicación y que, sin embargo, puede aprovechar la tecnología, el alcance de las redes sociales y la existencia del prosumidor.
Esto lo entendió muy bien Burger King y, como lo cuenta Ricardo Chadwick en su Calle Creatividad -de necesario tránsito para los colegas-, se tuvo la genial idea de hacer partícipes involuntarios a sus más comprometidos clientes.
Esto lo entendió muy bien Burger King y, como lo cuenta Ricardo Chadwick en su Calle Creatividad -de necesario tránsito para los colegas-, se tuvo la genial idea de hacer partícipes involuntarios a sus más comprometidos clientes.
Bye bye Whopper
Coincidiendo con el 50 aniversario de la emblemática Whopper, Burger King realizó un experimento social quitándola del menú. La campaña se dividió en dos fases:
1. La primera parte del experimento buscaba medir las reacciones de la gente frente a la ausencia de la Whopper sin ningún anuncio. Había cámaras estratégicamente instaladas, que registraban al milímetro las reacciones, gestos y palabras de sorpresa, pena y reclamo de los sorprendidos comensales de los más diversos perfiles que tenían una preferencia en común.
2. La segunda fase llevaba el experimento a otros niveles. Se emitieron spots en TV anunciando la página Whopperfreakout.com, donde la gente podía ver un video de 8 minutos documentando el experimento. El film se podía vincular y poner en blogs y redes sociales, videos de parodia en Youtube. Todo esto sirvió de catalizador para el trauma frente a la ausencia de la deliciosa Whopper.
Finalmente se develó el secreto, la Whopper volvió al mercado, y las ventas fueron altísimas llegando a los dos dígitos de crecimiento. Y justamente los premios Effie valoran la eficiencia de la publicidad, aunque esta vez ha valido también la innovación de las campañas elevando la competitividad de los participantes.Esta es una muestra de que la publicidad no ha muerto, ni va a morir, sencillamente se transforma, y aprende a coexistir con otros medios para hacer comunicación para las empresas y que forman parte de una oferta 360° que los estrategas sabrán aprovechar convenientemente, de acuerdo a los objetivos del cliente y del plan de comunicación respectivo.
Finalmente se develó el secreto, la Whopper volvió al mercado, y las ventas fueron altísimas llegando a los dos dígitos de crecimiento. Y justamente los premios Effie valoran la eficiencia de la publicidad, aunque esta vez ha valido también la innovación de las campañas elevando la competitividad de los participantes.Esta es una muestra de que la publicidad no ha muerto, ni va a morir, sencillamente se transforma, y aprende a coexistir con otros medios para hacer comunicación para las empresas y que forman parte de una oferta 360° que los estrategas sabrán aprovechar convenientemente, de acuerdo a los objetivos del cliente y del plan de comunicación respectivo.
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