domingo, 16 de noviembre de 2008

El anti-marketing en el periodismo peruano

La salida de Augusto Álvarez Rodrich vulnera la identidad de Perú 21


Comercial de Perú 21, del año 2004. Me pregunto ahora si Perú 21 no se casa con nadie o si ha sido "cazado por alguien".

Perú 21 era, sin duda alguna, más que un "Comercio chiquito". De lectura breve pero reflexiva, con un estilo fresco que invitaba a seguir leyendo, tenía sobretodo, una línea editorial definida, frontal, que hace 4 años se reflejó en una fuerte campaña televisiva con el eslogan "Perú 21, no se casa con nadie".

Era imposible pensar en Perú 21 sin citar a Augusto Álvarez Rodrich, periodista incisivo que ha marcado la pauta dentro de la prensa ágil y seria a menos de 1 sol. Cuando Correo era líder en el mercado, y Juan Carlos Tafur abandona el barco, tomando la posta el radical Alditus, Perú 21 encuentra la oportunidad para atropellar y hacerse de las preferencias del segmento C y B de la población, que no tiene todo el tiempo del mundo para leer, pero que sí quiere estar bien informado.

Y si bien, puede correr aquel dicho "nadie es imprescindible", son las circunstancias las que pueden empezar a contradecir esta frase. Porque Perú 21 ha perdido ya la imagen que tenía, porque si hablamos en términos de marketing, la P de Producto acaba de perder un componente importante -casi su ADN- con la partida de AAR y de sus principales columnistas, en un contexto delicado, cuando los demás medios empiezan a ver mellada su independencia, por un Gobierno herido, ampayado y expuesto a la vergüenza. Y lo peor de todo, ´"la otra P", la quinta que no está en los libros, pero más de un marketero considera, la P de Persona -entiéndase la del cliente- ha sido absolutamente ignorada, porque se han tomado decisiones, sin considerar la unánime reacción en contra de los lectores leales al diario.

Estamos en un momento en el que tres poderes están en cruenta disputa: el poder de los medios -a partir de ahora usar comillas así: "el poder" de los medios-, el poder del Gobierno que los quiere controlar, y el poder individual que los periodistas tienen al crear su propio medio:el blog, en el que no tienen más control que su propio criterio y sus propios valores. El hecho es que en este último caso, el ego -no es gratuito lo de ombloggismo- a veces llega a ser el protagonista de la noticia.
El fabuloso Heduardo, aún se queda en Perú 21. Pero se mantiene en sus trece, como debe de ser. Ojalá y no incomode tanto con su genialidad, aunque ya empezó con los punzones como en su caricatura de hoy, domingo 16, auch!

Desde fuera de la burbuja, -aunque ellos digan que no- me queda claro que tanto la Chichi, como César Hildebrandt, no hubieran dudado un segundo en publicar los petroaudios, luego de las pruebas de rigor -aquellas que seguramente aplicó Cuarto Poder-. Es imposible que no sea así, no en ellos al menos, y creo que en ningún periodista con tantas agallas como deseos de hacer reventar la primicia. Porque, nadie negará tampoco que el ego sube a la estratósfera cuando se publica tremendo destape que se baja a todo un Gabinete y hace tambalear al mismísimo Presidente.

Sin embargo, sí creo que hubo un pecado de omisión en el caso de Perú21, al publicar diariamente un nuevo audio, siguiendo un orden manejado no sabemos por quién, pero que tampoco importaba porque parecía que lo que primaba era lanzar la primicia y no investigar los intereses particulares de la fuente. Y también recuerdo la discusíón que hubo en RPP cuando Augusto Álvarez Rodrich ponía las manos al fuego por la autenticidad del mail supuestamente respondido por Lucianita León, diciendo el ya famoso "lo que tú quieras papito" y "cuando sea ministra..." En fin, creo que con un poco de criterio común, y por más calabacita que pueda parecer la recontra novel congresista -que todavía hace suspirar hasta a los bloggers más inquisidores-, no era muy convincente que Luciana "alucine" que llegaría a Ministra en el corto plazo. Y entonces ese mail sí que parecía manipulado.



Pero bueno, a pesar de este último punto, resulta bochornoso que el grupo El Comercio esté rodando las cabezas de sus primeras líneas, como quien vuela una nota apéndice para que encaje en punto el cierre de edición. Bastaba con ver los comentarios de todos los lectores de la versión on line de Perú 21 para darse cuenta del costo de una decisión que deja a la prensa escrita con muy pocos espacios independientes de unos tentáculos del Gobierno cada vez más notorios, aprovechándose del apoyo de algunos periodistas que demuestran que en la prensa "Otorongo sí se come a Otorongo".

Hace unas semanas empezaron a circular algunas notas que sostenían la pérdida del poder de los blogs, pero después de estos controles cada vez más notorios sobre la prensa en medios masivos, queda claro que los blogs se volverán una trinchera infranqueable a la que difícilmente se podrá doblegar. Porque si en el año 2001, no hubiera habido Canal N para publicar el Vladivideo, apuesto que igualito todo el Perú se enteraba a través de los blogs, del Youtube, y bastaría luego un sólo medio masivo para rebotar la noticia, y el resto ya sería historia.

Vamos a ver si los lectores de El Comercio castigan al Decano. Supongo que mañana Rosa María hablará fuerte en su programa, sólo espero que no la hagan renunciar también. De ser así ¿qué es lo que nos queda? La Chichi en el 2 sin argumentos frente a Ugaz? Jessica Tapia esperando la venia de Genaro? Lúcar defendiendo a Magaly? El Chato justificando lo que sea que haga El Comercio pues ya tiene su venia luego de que se bajó a Ampuero y compañía? (Felizmente, acabo de leer su columna de hoy, y me retracto en lo dicho); el Pelao cabeza de P... en el 11? -su drama me hace recordar a Manolo Cabeza de Huevo-.

Realmente, parece que a los bloggers nos están llamando a la cancha. En la primera línea, por supuesto que estarán los periodistas, y en la segunda aquellos que sin serlo podemos hacer el juego en pared, para que nadie siga metiendo más zancadillas al derecho de estar bien informados. A preparar canilleras porque ningún faenón alcanzará para tenernos bajo control.


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