No pensé que literalmente iba a perder el sueño por este post y, así hacerle los honores a quienes siempre estarán al pendiente de nosotros, al margen de la edad que tengamos, y bueno, lo estoy lanzando a las 5:45 am (hora Perú). Tal vez no deba generalizar, pero son muchas las mamás que he visto tratar a sus hijos con un cuidado y atención, que todavía parece que los vieran como niños de 10 años, cuando realmente ya pasaron los 30, 40, 50 y más.
En mi caso, la mamá Cafetera tiene historias heroicas por mí. Les cuento que la primera vez que salí de rumba y estuvo tan buena que llegué mucho más tarde de lo prometido -inicio de los 90, no había celulares aún como para avisar- al llegar a casa, lejos de encontrar a mi madre enojada, la encontré despierta, preocupada, y casi terminando una bufanda que tejió toda la noche mientras me esperaba. ¡Wow! qué cargo de conciencia la mía, me propuse nunca más mantenerla en estado de alerta como aquella vez.
Hoy Coca Cola cumple 125 años desde la creación de su famosa fórmula. Aquí uno de sus acostumbrados mensajes de optimismo y sentimiento, pero éste va por el Día de la Madre.
Y ayer, pensando en qué cafeteaba por el día de nuestras mamás, leí la tierna columna de Patricia Del Río, también celebrando la fecha, y encontré que el desvelo por los hijos es casi parte inherente de su misión. Así que me decidí a lanzar este Café de saludo, que es sólo simbólico porque nuestras mamás se merecen algo mucho más que lo digital, mucho más que lo material. Ellas merecen cariño y atención de verdad, por una simple razón: una madre es incondicional, y contados seres en el mundo serán así con nosotros, no lo reconozcamos cuando sea tarde, si es así ya no vale la pena que traten de compensar, aunque ella siempre tratará de comprender.
Y ayer, pensando en qué cafeteaba por el día de nuestras mamás, leí la tierna columna de Patricia Del Río, también celebrando la fecha, y encontré que el desvelo por los hijos es casi parte inherente de su misión. Así que me decidí a lanzar este Café de saludo, que es sólo simbólico porque nuestras mamás se merecen algo mucho más que lo digital, mucho más que lo material. Ellas merecen cariño y atención de verdad, por una simple razón: una madre es incondicional, y contados seres en el mundo serán así con nosotros, no lo reconozcamos cuando sea tarde, si es así ya no vale la pena que traten de compensar, aunque ella siempre tratará de comprender.
Este Café no es de marketing, es de mucho más que eso. ¡Feliz día a todas las mamás!
Nota de Café:
Este Café y otros próximos, tendrán el aporte gráfico de Edwin De la Cruz @idearted, a quien presento como colaborador, y cuyo trabajo pueden ver en su blog http://www.idearted.blogspot.com/ ¡Bienvenido Edwin a Café Taipá!
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