Mandar un mensaje de texto con una sola mano en códigos que sólo ellos entienden, mantener muchas conversaciones por la red en simultáneo de forma coherente y mientras ven la tele por cable, usar el más reciente celular inteligente de manera intuitiva sin tener que recurrir al manual, entender rápidamente los lenguajes de programación que les permiten no sólo manejar plataformas de Internet sino mejorarlas y hasta crearlas por código abierto. Éstas, no son las características de genios de la computación, sino de muchos adolescentes que han crecido en un contexto en el que tener en casa a una computadora conectada a Internet, empezaba a ser tan común como tener un televisor en los años 80.
Sin duda, Marc Prensky ha pasado a la historia al acuñar el término “nativo digital” para definir a esta generación de jóvenes que ya son caso de estudio en las principales escuelas de negocio del mundo porque definitivamente forman parte de la nueva legión de profesionales que acceden a puestos de trabajo y, en un plazo no tan largo, a gerenciar las empresas –si es que no trabajan en las suyas-.
Para ellos, la presencia en Internet es participativa y constante, compartir la información es lo cotidiano y, si bien hay quienes se exponen al no medir los riesgos, hay otros que se encargan de crear los nuevos espacios donde se desarrollarán las redes sociales, como es el caso de los creadores de Wordpress o Facebook; en ambos casos, muchachos que bordeaban los 20 años y que ahora tienen sus cuentas en el banco bastante rebosantes. Sin ir muy lejos, tenemos el caso de un joven peruano que al desarrollar un aplicativo para su Iphone ganó en sólo una semana la nada despreciable cifra de 10 mil dólares.
Campaña integradora de Movistar lanzada hace un mes en Chile, donde ya integra todos los servicios de telefonía e Internet bajo una sola marca; pero además integra a todas las generaciones: los nativos con los inmigrantes digitales.
Frente a ellos los inmigrantes digitales, término que define a quienes nacimos antes de los 90 y que, por tanto, hemos sido educados en un contexto que nos preparó para un futuro muy diferente al que se dio en la última década, hemos tenido que adaptarnos rápidamente tratando de reducir la brecha cognitiva que supone no tener a la tecnología como parte de nuestra “lengua” materna.
Frente a ellos los inmigrantes digitales, término que define a quienes nacimos antes de los 90 y que, por tanto, hemos sido educados en un contexto que nos preparó para un futuro muy diferente al que se dio en la última década, hemos tenido que adaptarnos rápidamente tratando de reducir la brecha cognitiva que supone no tener a la tecnología como parte de nuestra “lengua” materna.
Así que ya lo sabe, cuando vea a un muchachito frente a una computadora jugando en red con otros 10 más, que pueden estar en un mismo espacio o al otro lado del mundo; y vea que tiene charlas interminables o que manda un mensaje de texto a una velocidad y precisión envidiables, o que prefiere ir a Google y consultar alguna información –mientras más gráfica mejor- evitando recurrir a un pesado diccionario o enciclopedia; no está frente a un loquito ocioso que pierde su tiempo, está frente a una nueva generación que marca cómo serán las cosas de ahora en adelante.
Dependerá de nosotros ayudarles a enfocar un poco las cosas de la historia que ellos mismos están escribiendo, de la que tal vez ya podemos adelantar algunos capítulos en sus propios blogs.
Nota de Café: Este artículo fue publicado el Lunes 14 de diciembre en el diario Perú 21.
Nota de Café: Este artículo fue publicado el Lunes 14 de diciembre en el diario Perú 21.
1 comentario:
Como siempre, excelente post.
Particularmente, creo que los inmigrantes digitales hemos tenido la fortuna de vivir los dos mundos y el proceso de cambio, lo cual es una experiencia que se da de tanto en tanto. A mí, más allá de la tecnología, la experiencia misma de vivir este proceso de cambio me parece alucinante y retadora.
Saludos!
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